Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 15692  A los santos y hermanos fieles en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz a vosotros de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesús, el  Cristo.  5  a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos; la cual habéis oído ya por la palabra de la verdad del Evangelio;  6  el cual ha llegado hasta vosotros, como está  por todo el mundo; y fructifica, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,  7  como lo  habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, el cual es para vosotros un fiel ministro de Cristo Jesús;  9  ¶ Por lo cual también nosotros, desde el día que lo  oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de  pedir a Dios  que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y entendimiento espiritual;  10  para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el  conocimiento de Dios.  11  Corroborados de toda fortaleza, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y tolerancia con gozo;  12  ¶ dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz;  16  Porque por él fueron creadas todas las cosas que están  en los cielos, y que están  en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y  en él.  18  y él es la cabeza, del cuerpo de la Iglesia, principio y primogénito de entre  los muertos, para que en todo tenga el primado.  20  y por él reconciliar todas las cosas a sí, pacificando por la sangre de su madero, así lo que está  en la tierra como lo que está  en los cielos.  21  A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os  ha reconciliado  22  en el cuerpo de su carne por medio de la  muerte, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él;  23  si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.  24  Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las tribulaciones del Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia;  25  de la cual soy hecho ministro, por la dispensación de Dios la cual me es dada en vosotros, para que cumpla la palabra de Dios;  26  a saber , el misterio escondido desde los siglos y generaciones y que ahora ha sido manifestado a sus santos,  27  a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio en los gentiles; que es Cristo en vosotros, la  esperanza de gloria,  28  el cual nosotros anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando en toda sabiduría, para hacer a todo hombre perfecto en el Cristo Jesús;   |