Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 15692  Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven, tienen oídos para oír, y no oyen; porque son Casa rebelde.  3  Por tanto tú, hijo de hombre, hazte aparejos de marcha, y parte de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar a otro lugar a vista de ellos; no verán porque son casa rebelde.  4  Y sacarás tus aparejos, como aparejos de partida, de día delante de sus ojos; mas tú saldrás por la tarde a vista de ellos, como quien sale para partirse.  6  Delante de sus ojos los  llevarás sobre tus hombros, de noche los sacarás; cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra, porque por señal te he dado a la Casa de Israel.  7  Y yo  hice así como me fue mandado; saqué mis aparejos de día, como aparejos de partida, y a la tarde horadé la pared a mano; salí de noche, y los  llevé sobre los hombros a vista de ellos.  10  Diles pues : Así dijo el Señor DIOS: Al príncipe en Jerusalén es esta carga, y a toda la Casa de Israel que está en medio de ellos.  11  Diles: Yo soy  vuestra señal; como yo hice, así les harán a ellos; al pasar a otro país irán en cautiverio.  12  Y al príncipe que está en medio de ellos llevarán a cuestas de noche, y saldrán; horadarán la pared para sacarlo por ella; cubrirá su rostro para no ver con sus ojos la tierra.  13  Mas yo  extenderé mi red sobre él, y será preso en mi malla, y lo haré llevar a Babilonia, a tierra de caldeos; mas no la verá, y allá morirá.  14  Y a todos los que estuvieren alrededor de él para su ayuda, y a todas sus compañías esparciré a todos los  vientos, y desenvainaré espada en pos de ellos.  15  Y sabrán que yo soy  el SEÑOR, cuando los esparciere entre los gentiles, y los dispersare por la tierra.  16  Y haré que de ellos queden pocos en número, del cuchillo, y del hambre, y de la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre los gentiles adonde llegaren; y sabrán que yo soy  el SEÑOR.  19  y dirás al pueblo de la tierra: Así dijo el Señor DIOS sobre los moradores de Jerusalén, y sobre la tierra de Israel: Su pan comerán con temor, y con espanto beberán sus aguas; porque su tierra será asolada de su plenitud,  por la violencia de todos los que en ella moran.  20  Y las ciudades habitadas serán asoladas, y la tierra será desierta; y sabréis que yo soy  el SEÑOR.  22  Hijo de hombre, ¿qué refrán es éste que tenéis vosotros en la tierra de Israel, diciendo: Se prolongarán los días, y perecerá toda visión?  23  Diles por tanto: Así dijo el Señor DIOS: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este dicho en Israel. Diles, pues: Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda visión.  24  Porque no habrá más visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros en medio de la Casa de Israel.  25  Porque yo, el SEÑOR, hablaré; y se cumplirá la palabra que yo  hablaré; no se dilatará más; antes en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra, y la cumpliré, dijo el Señor DIOS.  27  Hijo de hombre, he aquí que los de  la Casa de Israel dicen: La visión que éste ve es  para muchos días, y para lejanos tiempos profetiza éste.  28  Diles por tanto: Así dijo el Señor DIOS: No se dilatarán más todas mis palabras; se cumplirá la palabra que yo hablaré, dijo el Señor DIOS.   |