Salmos 92
            
            
            
            
            
            
	
		
						
								Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 1569
1 ¶ Salmo de Canción para el día del Sábado. Bueno es  alabar al SEÑOR, y cantar salmos a tu Nombre, oh Altísimo;   2 anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches,   3 en el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa.   4 Por cuanto me has alegrado, oh SEÑOR, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo.   5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh SEÑOR! Muy profundos son  tus pensamientos.   6 El hombre necio no sabe, y el loco no entiende esto:   7 ¶ Florezcan los impíos como la hierba, y reverdezcan todos los que obran iniquidad, para ser destruidos para siempre.   8 Mas tú, SEÑOR, para siempre eres  Altísimo.   9 Porque he aquí tus enemigos, oh SEÑOR, porque he aquí tus enemigos perecerán; serán disipados todos los que obran maldad.   10 Y tú  ensalzaste mi cuerno como de unicornio; fue ungido con óleo verde.   11 Y miraron mis ojos mi deseo  sobre mis enemigos; oyeron mis oídos mi deseo  de los que se levantaron contra mí, de los malignos.   12 El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano.   13 Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán.   14 Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes;   15 para anunciar que el SEÑOR mi fortaleza es  recto; y que no hay injusticia en él.        			 | 
					 
	 
 
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