Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 15691  ¶ Entonces Moisés respondió, y dijo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No se te ha aparecido el SEÑOR.  3  Y él le dijo: Echala en tierra. Y él la echó en tierra, y se tornó una culebra; y Moisés huía de ella.  4  Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se tornó vara en su mano.  5  Por esto creerán que se te ha aparecido el SEÑOR Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.  6  Y le dijo además el SEÑOR: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba  leprosa como la nieve.  7  Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno; y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.  8  Si aconteciere, que no te creyeren, ni oyeren la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.  9  Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río, y las derramarás en tierra; y se volverán aquellas aguas que tomarás del río, se volverán sangre en la tierra.  10  ¶ Entonces dijo Moisés al SEÑOR: ¡Ruego Señor! Yo  no soy hombre de palabras de ayer ni de anteayer, ni aun desde que tú hablas a tu siervo; porque soy pesado de boca y pesado de lengua.  11  Y el SEÑOR le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy  yo el SEÑOR?  14  Entonces el SEÑOR se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo  a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y aun he aquí que él te saldrá a recibir, y viéndote, se alegrará de su corazón.  15  Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo seré en tu boca y en la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.  18  ¶ Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están  en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.  19  Dijo también el SEÑOR a Moisés en Madián: Ve, y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.  20  Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un  asno, y volvió a tierra de Egipto; tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.  21  Y dijo el SEÑOR a Moisés: Cuando hubiereis vuelto a Egipto, mira que hagas delante del Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.  23  Y yo  te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; por tanto , he aquí yo mato a tu hijo, tu primogénito.  25  Entonces Séfora arrebató un pedernal, y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: Porque tú me eres esposo de sangre.  27  Y el SEÑOR dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.  28  Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras del SEÑOR que le enviaba, y todas las señales que le había dado.  30  Y habló Aarón todas las palabras que el SEÑOR había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.  31  Y el pueblo creyó; y oyendo que el SEÑOR había visitado los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.   |